En la historia bíblica aparecen relatos de gente que tuvo una cita con el destino, una cita que les cambió la vida de una vez y para siempre.
Dice la Palabra que el profeta Samuel oyó la voz de Dios que lo llamaba y lo llamaba, y de ese modo encontró Samuel su destino profético. Una cita con el destino, marcada por la voz de Dios llamando al profeta.
Zaqueo, el recaudador de impuestos, sabiendo que Jesús pasaba por su pueblo en ese día, se determinó para ir a verlo e incluso, como era muy bajo de estatura se subió arriba de un arbol para ver al Maestro. Zaqueo sabía que ese día iba a tener una cita con el destino, fuera como fuera, nada lo iba a detener.
Jesús lo vió a Zaqueo arriba del arbol y le dijo: Alégrate Zaqueo que hoy la salvación ha llegado a tu casa. Y fué Jesús a la casa de Zaqueo.
Jesús, su destino y su salvación, había llegado a la casa de aquel que con determinación salió a buscar su bendición.
Simón de Cirene vivía en el norte de África y había seguramente planeado su viaje a Jerusalen por años y años, ya que viajar mas de 800 km hasta Jerusalen implicaba una gran inversión económica y una gran planificación, sumado a grandes sueños. Finalmente Simón de Cirene había cumplido el sueño de su vida y había llegado para festejar la pascua en Jerusalen, sus sueños se había cumplido pero...
Simón de Cirene se encontraba viendo el drama de Jesús rumbo al sacrificio y de pronto se vió forzado a cargar la cruz en ayuda de Jesús. Simón se encontró de pronto, forzadamente, con su destino !
El profeta Samuel vivía en la Presencia de Dios, en el Templo, día y noche inmerso en la Presencia de Dios y Dios lo llamó, y Dios mismo fué a su encuentro y lo llamó por su nombre para que tenga su cita con un destino marcado por lo profético.
Zaqueo era un recaudador de impuestos, un hombre odiado y despreciado por la gente, pero que supo aprovechar el dia de su cita con el destino sin importarle absolutamente nada, Zaqueo fué por un destino glorioso en Jesús.
Zaqueo fué al encuentro de su cita con el destino, determinado en el espíritu y no lo consultó con los religiosos de su época, que lo odiaban ni con la gente, que lo detestaba.
Simón de Cirene no vivía en la Presencia de Dios y menos aún fué a buscar a nada ni a nadie, simplemente estaba cumpliendo su sueño de viajar alguna vez en su vida a Jerusalen, cuando de repente se vió metido, sin siquiera imaginarselo, en una cita con el destino que transformaría todo lo que conocía, tanto como que sus hijos Rufo y Alejandro fueron misioneros del evangelio.
Y yo creo que cada cita del evangelio esconde una realidad profética para los creyentes de hoy en día. Por eso es que me atrevo a declarar lo siguiente:
1. Muchos que viven continuamente en la presencia de Dios serán llamados por su nombre por Dios mismo, reconocerán su voz y tendrán su encuentro con el altísimo.
2. Muchos, como Zaqueo, que no viven de continuo en la presencia de Dios, que son incluso despreciados por el sistema religioso, sin títulos, invisibles, a veces despreciados, saldrán al encuentro de su oportunidad en Cristo y la buscarán decididamente, en forma valiente, sin importarles lo que otros hayan dicho de ellos, sin importarles las condenas sociales, solamente enfocados en tener su cita con el Señor. Y Jesús los reconocerá entre la multitud y cenará en sus casas y la salvación llegará a sus vidas.
3. Y a algunos, como Simón de Cirene, esta cita les vendrá de repente, en forma inesperada, de pronto, quizás cumpliendo sus sueños, quizás en medio de su trabajo, quizás en un alto del camino, quizás allí es donde serán confrontados a una situación que los pondrá en el camino a una cita con Jesús, y su destino será cambiando. Iban para un lado pero la mano de Dios los llevará para otro camino, un destino superior de grandeza.
Jesús es el Señor de Señores y Él es el Rey de Reyes, porque el reina sobre un pueblo de reyes y sacerdotes, por lo tanto tú, que crees en Jesús, eres como dice la palabra, rey y Jesús es por encima tuyo, tu Rey, y recuerda que tu eres señor para enseñorarte sobre las cosas puestas por Dios en tus manos, pero recuerda que Jesús es tu Señor, por eso Él es Señor de señores y Rey de reyes. El es el Rey de un pueblo de reyes.
Recuerda que el Rey es el que tiene el poder y que una cita con un Rey es una buena ocasión para cambiar destinos y para traer luz de salvación a tu vida.
Y Jesús, El Rey, viene a tu encuentro, a tener una cita contigo para que sepas que eres rey, para traer salvación a tu casa, a tu vida, a tu salud, a tu ministerio, a tus finanzas, Jesús viene para cambiar lo que no funcionaba por lo que si funciona y para darte un destino profético.
Una cita con el Rey cambiará tu destino.
HR Bernachea
email: ElKyrios@hotmail.com
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