Recuerda...



Los que esconden sus talentos fingiendo humildad y espiritualidad no solo no engañan al Señor sino que lo poco que tienen le es quitado y es transferido al que se animó a ir por más. Vé por mas, para que tus dones crezcan, porque al que mas tiene, mas se le dará.

H.R. Bernachea
Las consecuencias de un mal consejo - Charles Stanley

Génesis 16
Cuando enfrentamos situaciones difíciles, es natural que acudamos a amigos de confianza y a familiares para que nos ayuden. A veces, las palabras de aliento de un ser amado resultan ser el catalizador que nos hace volver a Dios.
Pero es importante examinar con cuidado el consejo que nos dan esas personas cercanas a nosotros. Su consejo puede ser sincero y motivado por el amor, pero si no es consistente con la Palabra de Dios, debemos entonces rechazarlo amablemente.
Abram escuchó el consejo de su esposa, en vez de confiar en lo que Dios había dicho. Su consejo contradecía la promesa de Dios de que Él le daría un hijo a Abram por medio de Sarai. Pero después de esperar muchos años por el cumplimiento de esa promesa, Abram tomó el consejo de su esposa en vez de seguir la dirección divina. Por esa torpe decisión, enfrentó muchas pruebas difíciles y dolorosas. E Israel sigue experimentando todavía las consecuencias de la mala decisión de Abram.
A veces, buscaremos el consejo que queremos oír, en vez del consejo que necesitamos. Cuando vayamos a nuestros seres amados en busca de ayuda en cuanto a decisiones difíciles, debemos discernir entre nuestros deseos carnales y la verdad bíblica. El consejo sabio es siempre consistente con la Palabra de Dios.
Recuerde el ejemplo de Abram: no todo consejo es necesariamente buen consejo. La próxima vez que busque una opinión de sus amigos o familiares, tome unos minutos para comparar su consejo con lo que dice la Biblia. Si no hay inconsistencias, confíe en la Biblia y en la buena disposición de Dios de estar con usted en las situaciones difíciles que enfrente.
Nuestro lugar apropiado en la oración - Charles Spurgeon
Pero debemos cuidar que el lugar donde oramos sea santificado y reverentemente presentado ante Dios.
No siempre se encuentra un lugar así. El fariseo subió al templo a orar (Lucas 18.10), sin embargo, evidentemente, no oró “en la presencia de Dios”. Incluso en el templo, el fariseo no encontró el lugar deseado. Oró en base a su propia estima, pero el hecho de que dejó el templo sin ser justificado era evidencia de que o bien no había orado en absoluto, o que no había orado en la presencia de Dios. Buscar el santuario que la iglesia considera más famoso, estar parado al lado del pequeño cerro llamado Calvario y orar allí, ir al monte de los Olivos y arrodillarse en Getsemaní, no necesariamente nos pone en la presencia de Dios.
Podemos estar en el centro mismo de la reunión de oración y no estar “delante de Dios”. Orar en la presencia de Dios es un asunto más espiritual que el mero hecho de mirar hacia el este o hacia el oeste, o ponerse de rodillas o entrar en paredes consagradas durante siglos. Y no es tan fácil (en realidad es algo que no se puede hacer si no es por el poder del Espíritu Santo), penetrar hasta dentro del velo” (Hebreos 6.19) y estar de pie frente al trono de Dios, consciente y realmente en presencia del Invisible, cumpliendo el mandato de derramar delante de él nuestro corazón (Salmo 62.8). “Delante de él” es el lugar para desahogar el corazón, ¡y bendita la persona que lo encuentra!
Este lugar “delante de Dios” puede encontrarse en la oración pública. La oración de Salomón fue ofrecida en medio de una gran multitud. Los sacerdotes estaban en sus lugares, y los levitas se mantuvieron donde les correspondía. La gente estaba reunida y todos los ejércitos de las tribus de Israel estaban en las calles de la ciudad santa cuando Salomón se arrodilló y clamó con toda su alma a su Dios. Es evidente que Salomón no oró para agradar a la gente ni para impresionarla con su lenguaje elocuente y maravillosa oratoria. Salomón estuvo inspirado para orar delante de Dios.
Aquellos de nosotros que oramos en público debiéramos esforzarnos diligentemente por ser vistos de Dios en secreto mientras los hombres nos oyen en público. Y estoy seguro de que oramos con mucho más poder y eficacia cuando estamos rodeados como por una gran nube, encerrados en el lugar secreto del Altísimo, que cuando estamos orando en voz alta en la asamblea pública del pueblo de Dios. Lo mismo es cierto para todo creyente. No está bien orar en una reunión con la intención de impresionar a alguien importante o pensando en las personas que están presente. El trono de Dios no es lugar para mostrar nuestras habilidades. Un mal aun mayor es usar la oración pública para acusar a otras personas. Con frecuencia he oído insinuaciones hechas por medio de oraciones. Lamento decir que hasta he oído afirmaciones tan críticas y ofensivas que he sentido dolor en el corazón.
Tal procedimiento es censurable e irreverente. Ni siquiera debemos usar las reuniones de oración para rectificar los errores doctrinales, enseñar verdades bíblicas, señalar los errores de ciertos hermanos o acusarlos delante de Dios. Creo que deberíamos orar seriamente por todas estas cosas, pero no como una especie de predicación indirecta y reprensión por medio de la oración. Convertir la oración en una oportunidad para señalar las faltas de otros es un proceder propio del acusador de los hermanos. Nuestra oración debe ser “delante de Dios” para que sea una oración aceptable. Si pudiéramos aislar nuestros ojos, nuestros recuerdos y pensamientos de la presencia de los demás, estaremos realmente orando en presencia de Dios, y eso se puede hacer en público si Dios nos da la gracia. Nuestra oración debe ser: “Señor, abre mis labios, y publicará mi boca tu alabanza” (Salmo 51.15).
La oración delante de Dios puede también ofrecerse en privado, aunque temo que la verdadera oración con frecuencia no se realiza tampoco allí. Tal vez la siguiente escena le resulta familiar. Está orando en privado y se encuentra repitiendo palabras espirituales mientras su corazón divaga. Muchos hemos descubierto que nuestras oraciones se han convertido en un hábito, con el resultado de que hablamos tanto delante de las paredes de la habitación como delante de Dios. No nos hemos percatado de su presencia, no le hemos hablado clara y directamente a él. Es posible que estemos cumpliendo la enseñanza del Salvador en cuanto a cerrar la puerta para orar en privado, y aun así descubrir que hemos estado orando principalmente en nuestra propia presencia mientras que Dios ha estado lejos de nuestra alma.
Es deplorable hablar piadosamente para sí mismo. “Derramo mi alma dentro de mí”, dice David (Salmo 42.4). No se obtiene gran cosa al derramar el alma dentro de sí mismo, orando para nuestro propio corazón. No se logrará vaciarse a sí mismo ni llenarse de Dios. Solamente revuelve lo que más valdría haber dejado como escoria en el fondo.
Mucho mejor es seguir el curso prescrito en el precepto santo: “Derramad delante de él vuestro corazón” (Salmo 62.8). Eleve sus oraciones hacia arriba y permita que se derramen completamente delante de Dios, dejando lugar en su corazón para algo divino y mucho mejor. Derramar el alma dentro de sí mismo no lleva a nada, sin embargo muchas veces eso es a lo que se limita nuestra oración, a una recapitulación personal de deseos sin destello alguno de las provisión divina, un lamento de debilidad sin un atisbo de fuerza, una conciencia de nulidad sin sumergirse en la total suficiencia de Dios.
Recordemos que el punto principal de la súplica no es orar en la presencia de otros ni en la propia presencia, sino presentar la oración delante de Dios.
Es claro que esto significa que la oración debe estar dirigida a Dios. Suena muy simple y, sin embargo, con frecuencia lo olvidamos. Como un niño que juega, tomamos el arco y las flechas las lanzamos en cualquier dirección. La forma verdadera de orar es tomar el arco y las flechas pero no arrojarlas apresuradamente con toda la fuerza. Hay que esperar un poco. Sí, tense la cuerda y acomode la flecha, pero espere, ¡espere! Espere a tener el ojo puesto en el blanco. ¡Espere a ver el centro del blanco con claridad! ¿Por qué disparar si no tenemos nada a que disparar? Espere entonces hasta que sepa lo que debe hacer. Concéntrese en el centro del blanco. Imite el consejo de David para la oración: “De mañana me presentaré delante de ti, y esperaré” (Salmo 5.3), David acomoda la flecha, tensa el arco, apunta al blanco y lanza la flecha. Tenía los ojos en el blanco, por eso acertó con la flecha. Quiera Dios que pudiéramos orar con un objetivo claro.
La oración indefinida es una pérdida de tiempo. Comenzar a orar simplemente porque es la hora de hacerlo nunca servirá. Debemos pensar: Estoy a punto de pedirle a Dios lo que deseo. Voy a hablar con el Rey de Reyes, de quien proviene toda gracia. A él es a quien debo dirigir mi oración. ¿Qué es, entonces, lo que debo pedir de sus manos? ¿Acaso el repetir ciertas palabras de un libro o nuestras propias palabras tiene alguna virtud? Algunos parecen pensar (por sus repeticiones frecuentes del Padrenuestro), que hay un encanto mágico en ese orden sagrado de palabras. Yo le digo con toda solemnidad que podemos repetir esa oración perfecta tanto de atrás para adelante como de adelante para atrás, que si no tenemos el corazón en ello, no nos aprovechará. Si su alma no está mirando a Dios, profana las palabras del Señor y es culpable de pecado. La verdadera oración no tiene nada que ver con las repeticiones sin sentido. Ore claramente a Dios con todas sus facultades. ¡Háblele!
Es esencial que nos esforcemos en la oración para llegar a la presencia de Dios. Podemos afirmarlo de la siguiente manera: Usted no ha orado bien si ha hablado con Dios como un hombre habla con su amigo. Si usted está tan seguro de que Dios está ahí, tal como lo está usted, y tal vez aun más seguro; si usted permanece en él, y él está en usted; y si usted le habla como a alguien a quien no puede ver pero sí percibir mejor que con la vista, ha orado bien. Si le habla como a alguien a quien no puede tocar con la mano pero puede sentir con su naturaleza interior, sabiendo que lo escucha y recompensará su diligente búsqueda, eso es orar y rogar ante un Dios vivo que siente y es movido por lo que usted siente.
Conversará con un Dios tierno que es sensible a todos los sentimientos de su alma. Quiera el Señor que podamos conocer el significado de estar en la presencia del Dios vivo. No es ni un Dios lisiado e impotente, ni un Dios impersonal o muerto, sino que es el Dios verdadero, el Dios en Jesucristo. Si sabemos a quien hablamos, a ese Dios muy cercano a nosotros en la persona del Unigénito, que ha tomado sobre sí mismo nuestra naturaleza, ¡qué oraciones podremos orar! Esa es la verdadera forma de orar. Que el Dios de toda verdad, al hablarnos a cada uno, puede decir con respecto a nosotros lo mismo que dijo de Salomón: “Yo he oído tu oración y tu ruego que has hecho en mi presencia”. Señor, ayúdanos a pasar por las cortes exteriores y entrar al lugar santo para hablar contigo. Señor, líbranos de quedarnos en las palabras de nuestras oraciones, y que podamos traer tu presencia al espíritu de nuestra oración.
¿Desea ingresar en oración verdadera? No pregunte: “¿Qué debo decir?” Dígale a Dios lo que desea decir. ¿Cuál es su deseo? ¿Quiere ser salvo? Ruéguele que lo salve. ¿Quiere ser perdonado? Pídale perdón. Tal vez se pregunte: “¿Qué palabras uso?” No necesita palabras especiales. Si no tiene palabras, mire a Dios. Permita que su corazón piense en lo que desea. Hay música sin palabras, y hay oraciones sin palabras. El alma de la oración es estar en la presencia de Dios y anhelar delante de él. El oye sin sonidos y comprende si explicaciones.
Abra su corazón, mírelo, y pídale que lea lo que usted no puede leer. Suplíquele que en su gran misericordia le dé, no de acuerdo a su propio sentido de lo que necesita, sino a las riquezas de su gracia en Jesucristo. Está orando delante de Dios si tiene conciencia de su presencia. Dios no exige que usted se exprese en palabras. Con una mirada omnisciente, él lee lo que está escrito en su corazón. Saber que él conoce su corazón y rogar en ese espíritu, es orar delante de Dios.
Tomado del libro: El poder de la oración
El poder de la Fe y de la oración - John Osteen

Santiago lo dice así, no tenéis porque no pedís, y sabe que hay muchos problemas y pruebas y dolores en el mundo corazones quebrados, vidas quebradas, sueños rotos, y Ud. Dirá porque Dios hace esto? No es Dios el que lo hace Dios no es el autor de la aflicción, Dios es la respuesta al problema, es el Diablo que anda para robar matar y destruir, pero Jesús dijo Yo he venido para que tengáis vida y ahora que la tengáis en abundancia, y la Biblia esta llena de escrituras que nos invitan a orar, Jesús dice en aquél día no me pediréis nada, pero lo que pidáis al padre en mi nombre el os lo dará, pedid y recibiréis para que vuestro gozo sea cumplido.
Este es el Señor Jesucristo el que está hablando. Dijo, si permanecéis en mi y mis palabras permanecen en vosotros pediréis lo que queréis y se os concederá, esta es la confianza que tenemos que si pedimos cualquier cosa de acuerdo a su voluntad, su palabra, el nos oye y si sabemos que nos oye sabemos que ya tenemos las peticiones que hemos hecho. Son promesas grandes y hermosas.
Dios dijo Jeremías clama a mi y yo te responderé y te mostraré cosas grandes y hermosas que tu no conoces, quiero que sepa que yo estoy consciente de Uds. Que están aquí en el piso principal y de Uds. Que están en las partes mas altas se que están allí, se que está oyendo y que hay luchas para recibir este mensaje en su corazón, estoy consciente de la audiencia televisiva, porque deseamos que ellos sean bendecidos, Dios es un Dios que oye el clamor de su pueblo, y el responderá a la oración.
Hemos hablado mucho sobre la oración, no todo ha salido por televisión pero he enseñado casi 60 mensajes consecutivos sobre la oración, este probablemente sea el último de la serie para televisión, pero queremos que escuche atentamente a la televisión hoy. Porque se trata de una mujer que estaba tratando de recibir una respuesta a su oración, y ella tenia problemas, sabe que esta es una escritura que nos deja perplejos si se la mira del punto de vista natural.
El titulo de este mensaje es el poder de la oración persistente.
Me refiero a la oración que no abandona, los hombres deben orar siempre y no desmayar, la Biblia dice que un hombre fue a un amigo a la medianoche y dijo préstame tres panes hay un amigo que ha llegado de viaje y no tengo nada para darle, véalo en Lucas 11. Le respondió, no me puedo levantar y darte nada, Jesús dijo: Bueno si no se levanta para darle algo porque es su amigo, pero como dice la Biblia amplificada por su desvergonzada persistencia, el se levantará y le dará todo lo que necesite.
Lo que Jesús esta diciendo es que SI va a tener poder en la oración va a tener que tener un desvergonzada persistencia. Continuad pidiendo. Y En Lucas 18 habla sobre la oración y habla sobre el juez injusto, y la mujer que le había dado problemas, le dijo: Hazme justicia de mi adversario, tengo problemas con un hombre me ha hecho algo malo y quiero enderezar las cosas, y el Juez no le escuchaba era un juez injusto.
Pero esa mujer no abandonaba. Doy gracias a Dios por las mujeres, ellas no abandonan, es por eso que todavía están viviendo con algunos de Uds. Los hombres, podría tener un amen?…….
No quería dejar, ella regresaba al juez una vez, otra vez, de nuevo y otra vez y otra vez, Jesús dijo que el juez injusto respondió: Aunque no me importan los hombres ni Dios, pero esta mujer me va volver loco, mejor es que le de lo que me pide para sacármela de encima. Y lo hizo, Jesús dijo: oíd lo que el juez injusto respondió a esta mujer: Y Acaso Dios (el no es injusto)
Acaso Dios ( que es justo )
Acaso Él no oirá el clamor de su pueblo que clama a Él día y noche. Eso es orar, sin desmayar, persistiendo en la oración. El poder que hay allí. Dijo: De cierto, de cierto os digo él responderá rápidamente, todos digan rápidamente, eso es lo que Jesús quiere que veamos, quiero que vean algo que he visto en el libro de Isaías: Dijo: he puesto centinelas sobre tus muros Jerusalén, que nunca estarán en paz, nunca estarán en paz de día y de noche, Uds. Que habéis menciona do el nombre del Señor no permanezcáis en silencio, otra traducción dice: Vosotros que habéis recordado al Señor no os quedéis callados, y no le den reposo. Dios nos ha puesto como centinelas sobre nuestros hijos sobre nuestras familias, Uds. Los hombres oh gracias a Dios, todos lo hombres en esta audiencia póngase de pie.
Todo hombre aunque no sea casado, pero que todo hombre se ponga de pie, quiero que sepa que Dios le ha puesto como centinela sobre su familia y depende de Ud. Que haga huir al diablo, y de orar y de proteger s su familia, podría tener un amen?
Amen pueden sentarse, el nos ha puesto como centinelas, nos ha puesto como centinelas sobre nuestro familiares, nos ha puesto como centinelas sobre nuestra ciudad, nos ha puesto como centinelas sobre nuestra nación, sobre el mundo, que necesita a Dios y dijo: vosotros que sois centinelas no os deis a Él descanso, los que claman de día y noche que no tengan paz que clamen de día y de noche, no estén callados, no le den a Dios descanso, amen y es la razón por la cual Dios dijo a Moisés, cuando Dios quería destruir a los hijos de Israel, Dios estaba tan enojado con ellos, le dijo a Moisés no ores, no ores, déjame sólo.
Dios le dijo no te dejare solo, y sabe que no vamos a dejar a Dios solo sobre la necesidad de este mundo sobre la necesidad de nuestra familia, sobre la necesidad de nuestras finanzas, sobre las necesidades del mundo, que necesita al mundo no lo vamos a dejar tranquilo, sobre nuestra salud y sobre nuestras fortaleza, no no abandonaremos no le daremos descanso. Estoy hablando sobre la persistencia en la oración, el poder de la oración persistente.
Ahora, aquí hay fe que funciona en la oración, y quiero darles 7 cosas sobre esta situación extraña que ni siquiera parece que fuera Jesús para hablar así. Pero sabe?, no juzgue al Señor el sabe lo que hace, lo mas grande que he aprendido en toda mi vida, además de ser salvo es que Dios es mas inteligente y mas sabio que yo. Podría tener un mejor amen?
Esta historia fue puesta en la Biblia por una razón, porque muchos están luchando en sus vidas de oración, y se hace preguntas, pero aquí están:
N. 1 la fe, cuando se ora en fe, uno esta dispuesto a hacer un viaje largo hasta donde este Jesús, y eso es lo que hizo esa mujer, ella fue a encontrar a Jesús donde el estaba. Oh era incómodo, y a veces es incómodo orar todos digan incómodo. Todos digan incómodo. Ve todos quieren que todo sea fácil, y si no es incómodo no, yo iré a la iglesia si todo esta bien, si el Sol brilla y si el automóvil funciona bien si me despierto a horario, no…
debemos tener dedicación para el Señor. Podría tener un amen. Pues, entonces cuando oramos en fe, estamos dispuestos a sufrir incomodidades. Ella se molesto en ir a buscar al Señor a favor de su hija que estaba poseída por un demonio.
N. 2 la fe continua aún cuando Dios está callado. Ella dijo, Señor ten misericordia de mi, hijo de David, mi hija esta gravemente atormentada por un demonio, pero el no le respondí ni una sola palabra. Cuando se tiene fe en la oración, Ud. Esta tan convencido en Dios y quien es Él y de lo que la Biblia dice, que aunque el no diga ni una sola palabra, la fe y la oración de fe, continua orando. Porque ya conocemos, concomemos a Dios, Y los que conocen a su Dios, serán fuertes y hará proezas.
Oh el no nos responderá ni una palabra a nosotros y a veces es difícil, a veces yo oro, y no puedo hacer que Dios me hable. Alguno a tenido esa experiencia? Y el no respondía ni una sola palabra. Oh uno quiere decir, bueno dejo de orar, no no deje de orar, no.. Jesús estaba haciendo algo maravilloso para ella y para nosotros por medio de esta historia.
Y el la dejaba a un lado, a un lado, a una lado, probando su fe y ni siquiera le respondía, pareciera que no fuese Jesús. El quiere que sepamos que habrá momentos cuando Dios esta tratando con nosotros y que no responderá de inmediato, pero que estará en silencio por un tiempo., pero no abandone cuando Dios está en silencio, cuando no le responda ni una sola palabra.
N. 3 la oración de fe, no será detenida por discípulos desanimados, como ella no podía hablar con Jesús, ella fue a Pedro a Santiago, a Juan diciendo ayúdame, ayúdame, ayúdame, ayúdame, ayúdame, ayúdame… Y finalmente la querían correr, no se porqué, aquí hay una mujer con una gran necesidad, cuya hija estaba atormentada por demonios, pienso en todos aquellos que hoy están atormentados por los poderes del demonio, demonios de suicidio, demonios de una vida suelta, demonios de avaricia y codicia, toda clase, de demonios ella estaba atormentada y aún los discípulos, en vez de ayudarla, dijeron: Señor, échala ya, nos está molestando. Sabe que ella podría haber dicho, bueno mira a toda esta gente siguiendo a Jesús a ellos no les importa de mi, me regresare en casa, voy a dejar de orar, escuche:
Muchos de Uds. Han encontrado fallas en aquellos que van a la Iglesia a los que dicen ser cristianos, y todo eso,
a veces hay pisar mucha basura antes de llegar al tesoro.
La fe continúa orando cuando nos viene confusión, y no sabemos que hacer, elle fue a Jesús, el no le respondía ninguna palabra, ella fue a los discípulos y la desanimaron, pero la fe y el orar en fe sigue orando y al Biblia dice que ella se dio vuelta, se arrodilló y adoró a Jesús, y dijo: Señor, Señor ayúdame, Señor ayúdame, la fe, el orar en fe, sabe que Dios es bueno.
Sabemos que su misericordia permanece para siempre. Sabemos que el oye nuestro clamor sabemos que ha prometido responder a nuestra oración y muchas veces cuando no oigamos nada de Dios y todos nos desaniman, arrodíllese y adórele. Y diga Señor ayúdame, Señor ayúdame, Hay poder en la oración, Jesús clamaba Abba padre, en el jardín de Getsemaní, es el clamor de un bebe diciendo papi, papi, papi, estaba tan cargado, sudando grandes gotas de sangre, decía Abba, Abba padre, y a veces tenemos que orar así. No sabemos mas que hacer parece que nos vamos a morir que no vamos a sobrevivir, y clamamos, Abba padre, Abba padre, Abba padre.
Y como un niño diciendo Dios si tu no me cuidas, nadie me va a cuidar, ella se arrodilló y le adoro, cuando Ud. No puede comprender a Dios, adórele, el es bueno y su misericordia permanece para siempre.
N. 5 el orar en fe hará que Dios nos revele la causa por la cual no nos responde a nuestra oración, esto es algo muy sutil, pero cuando vaya al cielo le podrá preguntar a esa mujer y a Jesús si es que esta revelación es correcta. Sabe que había muchos conflictos entre los judíos y los gentiles en aquél tiempo, Y los judíos les llamaban gentiles perros, cuando uno está acabado y es la minoría y está aplastado y es criticado y le llaman por nombres y nos hace daño y hay que luchar para no hacerse malo por dentro, tenemos que sacar todo de nuestro corazón, gracias a Dios somos parte de una nueva familia cuando nacemos de nuevo.
Y todos somos de la misma familia. Ud. y yo sabemos que aquellos judíos lanzaban acusaciones a gente como esta mujer quien era gentil. Tu eres un gentil, un perro. No hay dudas que Jesús toco lo que más le molestaba a ella. Ud. No va a recibir ninguna respuesta de Dios si tiene rencor y resentimiento y falta de amor y falta de perdón en su corazón Dios lo va a dejar a orar hasta que Ud. Busque su corazón para encontrar que es lo que lo detiene de responder a su oración.
Es mucho mas profundo de lo que piensa, Jesús le dijo: no está bien tomar el pan de los hijos y dárselo a los perros, Él estaba tratando de ver si ella podía vencer el rencor y resentimiento que ella tenia por ser llamada un gentil un perro. Hay que aprender a encontrar que pasa. Cuando no hay respuesta a mi oración yo le pido a Dios, y le digo Dios, tiene que haber una razón, la escritura no puede ser quebrantada, deber haber una razón, debes mostrarme la razón, hace años atrás, había una epidemia de enfermedad en esta parte del país, y no podían encontrar la razón , era una verdadera epidemia.
Oh muchos se morían. Finalmente. Se dispusieron a investigar. Y fueron río arriba por el agua, de donde ellos sacaban el agua, fueron hasta donde nacía el río en las montañas, y encontraron la fuente de agua y al excavar encontraron un gran cerdo podrido y un montón de cerdos mas pequeños, que se habían caído a ese pozo y estaban contaminando toda el agua. Entonces sacaron los cerdos y el agua se hizo pura.
Debemos encontrar nuestros cerdos, muchos dicen porque es que Dios no me responde en los primeros 5 minutos, oh hay una razón, su vida esta contaminada, hay algo malo, Dios quiere que vayamos rió arriba y busquemos y examinemos y encontrar de donde viene el veneno, persone, olvídese, suelte, trate a la gente con amor, ame a todos…
Cuando las oraciones son respondidas, no solo recibirá una respuesta sino que UD., será una persona mejor. Y Dios demora la respuesta tratando con nosotros en nuestras faltas, en nuestro rencor, en nuestra falta de perdón y falta de amor, yo me he decidido q que voy a amar a todos. No me importa quienes son, o que me hayan hecho para mi o en mi contra, o cualquier otra cosa, y no estoy hablando de nadie aquí, solo estoy diciendo lo que sea, yo no voy a vivir en ofensa voy a amar, si han trazado un círculo para dejarme afuera, trazare un circulo mas grande para incluirlos a ellos.
Jesús estaba sacando esto, ve la oración en fe hará que Dios revele que es lo que demora la respuesta.
N. 6 EL orar en fe nos pondrá en una posición de verdadera humildad. Ella a lo mejor no podría haber dicho esto al comienzo, pero cuando Jesús le dijo esto, no esta bien quitar el pan de los hijos para dárselo a los perros, ella dijo: Si Señor, pero aún los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de su amo.
Esa es verdadera humildad. Solo una migaja sanará a mi hija. Debemos realizar que nuestras demoras tiene valor. Es un tiempo de búsqueda de saber, es un tiempo de preparar nuestras vidas para recibir la respuesta, es un tiempo cuando Dios puede traernos a un lugar de verdadera humildad, Dios exaltara al humilde pero rechazara al soberbio, el orgullo va delante de la caída.
N. 7 Orar en fe, se sostiene hasta que venga la respuesta.
Esta mujer fácilmente podría haber dado la vuelta y alejarse y el dice que ama a todos pero ni siquiera me quiere hablar, mira como me trataron mis discípulos, pero ella se quedó allí, hay poder en la oración que persiste, y al final, escuche, escuche, Jesús sabia todo, el quería que la mostrase el verdadero color y enseñar a la iglesia de nuestro día, lo que significa. Y le dijo: Oh mujer, grande es tu fe…
Grande es tu fe….
sea hecho como tu dices, escribe tu propio boleto, y al Biblia dice que su hija fue sanada desde aquella hora, vamos a entregarnos a la oración persistente sin dejarse, porque hay poder cuando roamos en fe.
FINAL:
Pero Ud. No tiene que orar todo el día o todo el año para salir del reino del diablo y entrar al reino de Dios, Ud. Puede hacer una oración corta y Dios la responde bien rápido, amen. Cuando viene al Señor por salvación, ya esta preparado porque ya sabe que Ud. Es un pecador el sabe que es un pecador y solo quiere que Dios lo sabe y esto hace que sea posible.
Queremos que sea salvo, es la razón mas importante de este programa es para ayudarle a ir al cielo, yo no quiero que se muera y se vaya al infierno, quiero que vaya al cielo y la forma d e irse al cielo es que cualquiera que invocare el nombre del Señor será salvo, solo clame, que días maravillosos que vivimos solo hay que clamar Jesús lo pago todo el murió por Ud.
El llevo su pecado llevó su juicio el probó su muerte, el hizo todo por Ud. Y ahora esta vivo y si solo le acepta en su corazón le salvara, en todo el mundo están viendo este programa en las naciones del mundo esta escuchando y puede ser salvo, quizás nunca le veamos personalmente pero le veremos en el cielo, haga esta oración.
Oh Dios yo se que soy un pecador pero Dios yo no me quiero perder yo quiero irme al cielo, Dios ahora mismo con todo mi corazón te pido que vengas a mi corazón y sálvame ahora, te acepto Jesús, como mi Señor y salvador adiós al diablo adiós al mundo Jesús es mi Señor y voy a servirle todos los días de mi vida. Yo creo que Ud. Hizo esa oración, quiero decirle algo Dios le ha oído, si no le vemos aquí le veremos en el cielo…